Filippo Gragnani
Aún hoy es poco lo que se conoce sobre la vida de Filippo Gragnani. Nació en Livorno, Italia, en 1767 y allí recibió su educación musical, que incluyó clases de contrapunto con un importante profesor de la época: Giulio Maria Luchesi. Esto lo influenció a escribir primeramente música litúrgica, aunque no se conservan las obras. Se presume que también tuvo formación como violinista o que, inclusive, pueda haber sido luthier de violines. Conoce la guitarra más tarde y es muy probable que haya sido autodidacta en el instrumento. La Italia de la época se encontraba prácticamente dominada por la pasión de la ópera, y en ese caso, las posibilidades para los instrumentistas que no formaban parte de una orquesta o querían destacarse como solistas, era buscar fortuna en los grandes centros musicales, como París, Viena, Londres o San Petersburgo. Así parece haber hecho Gragnani, pues se tiene registro de sus viajes por Alemania, Francia y Rusia, finalmente estableciéndose en París, donde parece haber sido un profesor bastante procurado. Desde 1812 desaparecen todas las referencias sobre él.
Además de obras para guitarra sola, Gragnani dejó varias obras de música de cámara, en la cual exploró diversas combinaciones: desde el dúo hasta el sexteto. A la par de varios dúos y un trío para guitarras, las combinaciones con otros instrumentos incluyen varias sonatas para violín y guitarra (dos de las cuales grabó el gran violinista ruso Leonid Kogan en los años 50), un trío para flauta, violín y guitarra, el cuarteto Opus 8 para violín, clarinete y dos guitarras y el presente sexteto. Es muy probable que haya escrito varias obras más, que aún podrían ser encontradas.
El Sexteto Opus 9 para flauta, clarinete, violín, dos guitarras y violoncello es una obra única en su género, no solo por la cantidad de instrumentos empleados, si no principalmente por la combinación instrumental. Como en el cuarteto Opus 8, Gragnani escoge la utilización de dos guitarras en vez de una sola, y esto le permite una mayor ductilidad melódica cuando las líneas son asignadas a ellas, sin complicar las partes individuales, o una textura de acompañamiento más completa. Tanto el cuarteto como el sexteto están estructurados en cuatro movimientos, dentro del estilo de las formas de sonata, a diferencia de una gran cantidad de música de cámara con guitarra de la época que se encuadra más dentro del género de la serenata o del divertimento. La influencia de la ópera, principalmente de Rossini, es evidente, sin restar por ello originalidad a estas composiciones.
Filippo Gragnani, (1767-1812) Sexteto para flauta, clarinete, violín, dos guitarras y violoncello
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